Faceapp y otras aplicaciones de moda ¿Cuál es su objetivo oculto?

Seguramente a estas alturas ya sabrás cómo serás dentro de 50 años, y tus amigos, y tus compañeros de trabajo y medio mundo, ya que nadie se ha resistido a probar Faceapp, la nueva aplicación de moda que, con más o menos piedad, nos muestra los estragos de la edad gracias a los datos que, incautos de nosotros, le cedemos en un ataque de ego.

¿Creías que las app gratuitas están para divertirnos altruistamente? ¡Ay iluso de ti! Después de leer este post dejarás de descargarte aplicaciones como si no hubiera un mañana.

Cómo funciona Faceapp

Esta app no solo te muestra cómo serás de viejo, también podrás comprobar el resultado de peinados, tintes, accesorios, nuevos filtros e incluso cambios de género… todo gracias a la realidad aumentada. Las tecnologías inmersivas dan al usuario un plus de experiencias casi reales que todavía consiguen sorprendernos. Pero esta app no ha sido diseñada solo para divertirnos, sino que tiene un fin mucho más ambicioso y lucrativo que se conseguirá con los millones de datos que los usuarios dejamos en la app casi sin darnos cuenta.

Faceapp puede ser un problema para la privacidad, pero no solo ella, también todas las demás aplicaciones que descargamos en teoría gratuitamente, ya que en realidad, si no existe transacción económica, el producto somos nosotros. ¡Tu privacidad está en juego!

Tecnología Face ID

La marca Apple fue la primera que desarrolló este tipo de inteligencia artificial para desbloquear los dispositivos o realizar pagos leyendo los rasgos faciales de los usuarios. Esto se hace gracias a un conjunto de cámaras que forman la tecnología TrueDepth, la que han aprovechado aplicaciones como Snapchat o Faceapp para implementar este modelo basado en la interactividad con el que recogen datos de todo tipo.

¿Qué datos estamos regalando?

Datos fisiológicos: la aplicación lee nuestras facciones  y genera algoritmos para identificar los rasgos que más se repiten y venderlos así a empresas interesadas, como farmaceúticas y laboratorios.

Intereses: cuando empezamos a utilizar cualquier app gratuita aceptamos un seguimiento y monitorización de nuestras búsquedas en internet, lo que significa que están al tanto de nuestros gustos, interese y aficiones.

Ubicación: la mayoría te piden directamente que le permitas conocer tu ubicación para poder funcionar.

Acceso a galería de imágenes y redes sociales: si una imagen vale más que mil palabras imagínate el valor que tiene para las empresas cientos de ellas. Quién es nuestra familia, amigos, qué comemos adonde vamos, qué consumimos… este tipo de información se utiliza tanto para lanzarte publicidad directamente como para generar nuevos productos que se ajusten a las tendencias en estilo de vida de la sociedad.

El CEO de Faceapp ya ha declarado en varias ocasiones que no tiene malas intenciones, pero el punto en el que se expone que solo se transferirán datos a países que no sean el propio del usuario es cuanto menos extraño. Por último, y lo que menos solemos tener en cuenta es que nuestros datos faciales sirven al gobierno para tenernos a todos vigilados y controlados. De hecho, las aplicaciones siempre ponen la siguiente claúsula en su política de privacidad: «… también podemos acceder, preservar y compartir información … detectar, prevenir y abordar el fraude y otras actividades ilegales.» Esto entre otras muchas cosas es a lo que nos exponemos cuando dejamos .

Ahora que ya sabes lo que hay detrás de las aplicaciones de moda ¿te lo pensarás dos veces antes de bajarte la próxima?


 

 

 

 

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